Adornos.

31.10.11

El juego de los "Escondidos"

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre.Cuando el aburrimiento bostezaba por tercera vez, la locura como siempre tan loca propuso: "Vamos a jugar al los escondidos". La intriga levantó el ceño extrañada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó:
¿A los escondidos? ¿Y eso cómo es?
Es un juego, explicó la locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras vosotros se esconden, y cuando ya haya terminado de contar, el primero de vosotros que yo encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego.
El entusiasmo bailó secundado por la euforia y la alegría dio tantos saltos que terminó de convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar,la verdad prefirió no esconderse. ¿Para qué? Si al final siempre la hallaban, y la soberbia pensó que era un juego muy tonto, en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella, y la cobardía prefirió no arriesgarse.
Uno, dos y tres, empezó a contar la locura.
La primera en esconderse fue la pereza que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se encontró tras la sombra del triunfo, quien por su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La generosidad casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que encontraba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si un lago cristalino para la belleza; que si la hendija de un árbol: perfecto para la timidez; que si el vuelo de una mariposa: lo mejor para la voluptuosidad, que si una ráfaga de viento magnífico para la libertad, y así terminó en ocultarse en un rayito de sol.El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero solo para el. La mentira se escondió en el fondo de los océanos, mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris, y la pasión y el deseo en el cuarto de los volcanes. El olvido, se me olvidó donde se escondió, pero, eso, no es lo importante, Cuando la locura estaba contando 999.999, el amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo estaba ocupado, hasta que al fin divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
Un millón!, contó la locura, y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la pereza solo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a la fe discutiendo con Dios sobre zoología y a la pasión y el deseo las sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia, y claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. El egoísmo no tuvo ni que buscarlo, el solito salió de su escondite, resultó ser un nido de avispas.
De tanto caminar, sintió sed y al acercarse al lago descubrió la belleza, y con la duda resultó todavía más fácil, la encontró sentada cerca sin decidir aun de que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos. El talento, entre la hierba fresca, a la angustia, en una oscura cueva, a la mentira, detrás del arco iris, mentira si estaba en el fondo de los océanos, y hasta encontró al olvido, ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos.
Pero solo el amor no aparecía por ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en las cimas de las montañas, y cuando estaba por darse por vencido divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto, un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido los ojos del amor. La locura no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.

18.10.11

Aprendí.

Aprendí que los peces nadan y que las aves vuelan. Aprendí que las personas tienen dos caras, una buena y otra que no te gustaría ver. Aprendí que no hay que hacerse demasiadas ilusiones.Aprendí que uno mas uno son dos, aprendí que no hay que confiar a la primera en una persona que no conoces realmente. Que hay que ser feliz pase lo que pase. Ante todo se feliz ! Aprendí que el tiempo pasa, pero las heridas del corazón siguen ahí, clavadas.Que las penas no se olvidan ni con drogas ni alcohol. Que el primer amor es para siempre , Que no todo es como en las películas,no todo tiene un final feliz. Aprendí que no todo es como en cuentos de hadas. Aprendi que todo pasa por algo.

10.10.11

Pongamos buen fin a lo surgido.

Barajamos mal las cartas, debe ser que no sabemos dar pasos hacia delante, ni decir lo que pensamos, sentimos o queremos. Lo ponemos más difícil de lo que es y lo peor de todo es que no nos aclaramos ni nosotros mismos. Pero, ponerse serio tampoco es  tan complicado, hay que saber hacerlo, rompamos el silencio, digamos lo que queremos decir, vamos atrevernos, no seamos niños. No dejemos las cosas en el aire, ni nos las guardemos. No tengamos miedos, intentemos superarlos, perdamos el sentido del ridículo, la vergüenza y el miedo a equivocarnos. No dejemos que pasen las horas a la vez que corre el tiempo, hagamos lo que tengamos que hacer cuanto antes. No seamos como desconocidos ni ocultemos nada.
No esta todo dicho... da el paso y yo te sigo.

5.10.11

¿Quién dijo silencio?

Romperé el silencio dando un grito, con miles de sonrisas y carcajadas, con una mirada la cual diga más que palabras, indirectas que vayan y vuelvan, o aún mejor... mandare directas. Te prometo que se romperá el hielo, y que entre tanto ruido, volveremos a caer. Arriesgaré, me equivocaré o no, quien sabe... Seré feliz de aquí a las nubes y tu también. Nada de ser extraños, pertenecemos al destino. ¿Damos el paso? ¡Venga! Ayudame a romper el silencio ;)

3.10.11

En Un, Dos, Tres, todo puede variar

Aveces no pensamos, nos distraemos con cosas tan sencillas e incluso nos olvidamos de las cosas que deberían ser igual de importantes o más, simplemente por lo vivido, los momentos, el tiempo o por los pequeños detalles. Nadie puede poner un tope a su vida, ni parar el mundo y decir: ¡Eh, que me bajo! no estaría mal tener ese control, pero siento quitar esa ilusión o sueño. No somos conscientes de lo que tenemos y, ¿valorar? seamos realistas, no lo valoramos lo suficiente. Pongamos un ejemplo, cuando pierdes una cosa "insignificante", lo dejas pasar, sabes que se te ha perdido pero piensas que por ahí estará, el día que se eche en falta... ¿será tarde?, pongamos el mismo ejemplo pero con personas. Un enfado tonto, "discutes" sin más, pero también lo dejas pasar... bien, perfecto.
Hablemos de ese control que mencionado antes, ojala tuviésemos el mando de la vida, controlásemos los días y el tiempo, ver el futuro sería perfecto, ¿no?así todo podría prepararse, pero no es así y lo peor de todo es que no sabemos que las cosas pueden cambiar de un día para otro, un día puedes tener a una persona cerca y al día siguiente lo más lejos posible, un día puedes permanecer en lo alto de la montaña y al día siguiente estar bajo tierra... en fin. Por eso yo pienso que no hay que dejar pasar las cosas,aunque quizás no sea la más indicada para decirlo,se que mi orgullo... es demasiado y me cuesta mucho tragármelo, es una de las pocas cosas que no podre cambiar. Pero nunca se sabe lo que puede suceder mañana, hay muchos refranes que se contradicen "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", "Mejor tarde que nunca", no hago caso a ninguno, tan solo son palabras. 


Yo no tengo un refrán, pero si pienso en algo y tengo un objetivo, ya que sé que la vida no la controlo y que sé que todo puede variar, por muy típico que suene... ¿porqué no dejarse llevar, hacer lo que uno siente, por muy tonto que parezca y ser feliz?